Después de nueve meses con una pandemia que no se ha podido controlar, el país requiere plantearse nuevos retos, pero debemos revisar lo que podemos aportar en nuestra vida personal. No podemos esperar a que el gobierno haga lo necesario para incentivar un desarrollo social que nos beneficie como comunidad, porque no se le ve intención ni capacidad para lograrlo.
Por lo que tenemos que crear el nuevo futuro que vamos a heredar a la siguiente generación desde hoy, esa generación que va a crecer en una nueva forma de interactuar con las demás personas, tendrán todas las herramientas para poder encontrar tejer mejores redes de comunicación, pero a su vez se incrementará el temor de no poder lidiar con la interacción social que implica una cercanía al otro.
Definitivamente me preocupa que se pierda la empatía, que se pierda la humanidad hacia el otro, porque al no estar en contacto directo con las personas nos encerraremos en nuestra persona, nuestros gustos y aficiones, dejando a un lado lo que podemos realizar por alguien más.
En lo personal creo que el estar inmerso en mis problemas, dejo de mirar a mi alrededor más cercano y eso tiene que cambiar porque definitivamente estamos llamados a ser mejores personas, solo hay que escuchar esa pequeña vocecita en nuestro interior, que nos invita a preocuparnos y sobre todo ocuparnos por alguien más.
Debemos de buscar la antítesis de la siguiente frase:
“La muerte de un hombre es una tragedia. La muerte de millones es una estadística” Joseph Stalin.